Procuro guardar el equilibrio, no desestabilizarme, no perderme, entre los
laberintos de la rutina; que me atrapan como si fueran un agujero negro, de
donde me cuesta salir; por eso, suelo respirar, transfórmame en ciruela dentro
de un collar de colores, para aíslame, para sobrevivir, para saltar sobre la
tristeza, sobre el dolor, sobre la incertidumbre, sobre el maltrato del entorno
que me rodea. Allí dentro de mi circulo, soy ajena a otras sonrisas cargadas de
odio, de maldad, de sueños rotos, que me invitan a olvidarme, que me
secuestran, que me invaden, mis sentimientos, que luchan a destajo por
permanecer fieles a su destino.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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