domingo, 3 de septiembre de 2023

Fidelidad


A las veinte horas de la tarde, un gato de color marrón; espera ansioso, angustiado, debilitado, a una mujer mayor, que camina despacio, cansada, agrietada por los achaques de la edad sobre su cuerpo; pero nunca deja de acudir a su cita, para ofrecerle alimento; solo come una vez al día. El gato se precipita sobre la muralla, cuando distingue una figura humana a lo lejos; llora cuando descubre que no es ella; vuelve para atrás; sigue soñando con que ella vendrá.  Los gatos sin hogar, permanecen siempre alerta frente a las agresiones, eludiendo amenazas, sorteando ataques, de aquellos, a quienes molesta su presencia en las calles; pero siempre hay corazones valientes, como el de M So,, que acarician la soledad, que gritan al silencio, que susurran al hambre de los gatos, para abrazar a su necesidad.

Con cariño y admiración a Soledad, una heroína para los gatos.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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