Nuestra mirada se pierde en nuestro
pensamiento, sobrecargado con el estrés de la rutina, que nos empuja a estar
ciegos frente a la belleza; que se adelanta en primer plano, mientras el
horizonte resguarda el segundo plano; donde la sonrisa esboza el sentimiento
del recuerdo, que vaga en nuestros corazones, sin cansarse ante el mañana; que
se evapora dentro de las lágrimas del olvido, para ser fiel al ayer.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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