Una manzana, expuesta en cualquier momento a ser devorada, por el apetito insaciable, de un hombre o de una mujer, que camina silente hacia ella, para pillarla expuesta a la desnudez del destino ¿Qué piensa una manzana? Tal vez, que la crueldad se acerca a su cuerpo; que será olvidado, para sufragar el instinto de supervivencia de un ser, sin sentimientos; que adora el mañana, donde su memoria se perderá en una hilera de tumbas sin nombre.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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