Dos imágenes se cruzaron en mi camino: por un lado jóvenes trajeados, tras su graduación, Arrastraban sus pies cansados, les esperaba una cena en un restaurante segoviano. A unos metros de su glamour gastronómico, dos hombres rebuscaban en la basura, desmigando un bocadillo, envuelto en una bolsa azul. Las miradas huían de su hambre, reclamaban felicidad. Los caminos del estomago no eran los mismos, y es que la vida estornuda a tiempos desiguales.
Ana Maria Tapias Garcia.