Tengo el corazón dividido entre el Real y el Atélic, que no roto. Late con fuerza y sueños vespertinos, que me llevan a caminar en soledad a las nueve de la mañaña, encontrando florecillas a punto de ser devoradas por el destino.
El destino quiere que uno de los dos pierda y veremos caras, desencajadas , de hinchas ante la utópica gloria. La copa se alzara por un hombre , que nunca ha buscado flores en el campo. Un hombre que representa a millones que yacen, olvidados, viendo la television , con una cerveza a su lado. Un hombre, que ha perdido su gloria, buscándola en la de los demás. Un hombre, levantara la copa ante hombres que se arrastran por las calles, pidiendo permiso para triunfar.
Ana Maria Tapias Garcia.
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