De la planta de Panrico en Santa Perpétua de Mogoda, llevan siete meses en huelga. 214 días sin recibir un sueldo, con la caja de resistencia, la ayuda ,del resto, de los trabajadores, la venta de rosas y de artesanía que ellos mismos fabricaban.
Imagino al padre o la madre de familia, luchando por no ser despedido, mientras ha de alimentar, vestir, educar a sus hijos, con la mente, repleta, de interrogantes, ante un futuro que le desaloja de él. Un futuro de necesidades, donde mirar escaparates sea un recuerdo, que buscar en los días de caminar en soledad, días de silencio en sus manos, de ojeras en sus miradas y de bolsillos rotos.
La Audiencia Nacional ha fallado a favor de los despidos, respeto la sentencia, que ha derrotado a tantas familias, que no podrán pagar sus hipotecas, y a las que les queda la dignidad de la lucha como vestido, para no ir en taparrabos al destino.
Con toda mi admiración a quienes nunca se rinden.
Imagino al padre o la madre de familia, luchando por no ser despedido, mientras ha de alimentar, vestir, educar a sus hijos, con la mente, repleta, de interrogantes, ante un futuro que le desaloja de él. Un futuro de necesidades, donde mirar escaparates sea un recuerdo, que buscar en los días de caminar en soledad, días de silencio en sus manos, de ojeras en sus miradas y de bolsillos rotos.
La Audiencia Nacional ha fallado a favor de los despidos, respeto la sentencia, que ha derrotado a tantas familias, que no podrán pagar sus hipotecas, y a las que les queda la dignidad de la lucha como vestido, para no ir en taparrabos al destino.
Con toda mi admiración a quienes nunca se rinden.
Ana Maria Tapias Garcia.
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