La violencia es un cisne, que despliega sus alas, para volar: un cisne negro ,teñido de odio, y sangre. En Nigeria 223 jóvenes son torturadas. Sus vidas se han quedado en las metralletas de quienes las violan como excusa, para pedir que se casen y abandonen la escuela. Las bombardean con las costumbres, y ellas han de someterse a sus caprichos. El cisne picotea la inocencia, que sangra sin consuelo, inundando las aceras de porqués.
La violencia no debería acodarse en las esquinas, sino ser un papel ahogado al fondo de un lago.
La violencia no debería acodarse en las esquinas, sino ser un papel ahogado al fondo de un lago.
Ana Maria Tapias Garcia.
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