La crisis asola nuestro país, al menos no nos han intervenido y no debemos media piel de toro a la Merkel, mujer rubicunda y cervecera, debemos sonreír cada amanecer entre chascarillos de desaliento de tiendas que cierran, una y otra vez, debemos aceptar el acoso de hombres y mujeres sentados en las calles, que no pueden comprar un par de zapatos, para soñar estar más adornados en la finura de sus formas, debemos creer que la vida es una suma de pequeños momentos para no suicidarnos.
Ana Maria Tapias Garcia.
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