Sobrevivir al odio, al desamor, a la venganza, a la no amistad, requiere entrenamiento, para apaciguar nuestro humo interior, que salta a través de nuestras pupilas, hasta consumirse más allá del pensamiento. A veces, es aconsejable sumergirse dentro de la ficción, para ser un alien que sonríe, que juega a la gallinita ciega, que come palomitas, que decora su cuarto de baño con fotos de paraguas, que bucea entre el recuerdo con lágrimas, que se escapa del marketing sin comprar, que se adentra ,desnudo, en el sentimiento, aun sabiendo que sufrirá.
Sobrevivir es casi siempre una utopía.
Sobrevivir es casi siempre una utopía.
Ana Maria Tapias Garcia.
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