martes, 3 de febrero de 2015

Objetos

Ayer, caminaba bajo la lluvia,  cuando mi mirada se detuvo en seco en  un  escaparate,  de una tienda de segunda mano. Intuí la soledad de los objetos ya usados, acostumbrados a las manías, a  los gestos, a la simplicidad, de un hombre o mujer, para ser vendidos otra vez a otro hombre u otra  mujer, que les atormentará con nuevas exigencias, que les obligará a replantearse su vida, que les incautará sus sueños. 
Los objetos como las personas, sufrimos por la erosión de los comportamientos, que  nos amagan a ser permanente cuestionados,  por humanos que nos encienden  y nos  apagan a su antojo.
Ana Maria Tapias Garcia. 

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