La nieve nos ha derrotado. Antaño las nevadas duraban semanas. Los pueblos estaban incomunicados y no salían en la tele, ni tuiteaban su tetraplejia. Aguantaban estoicamemte la llegada del frio, pero ahora nos gusta bajo en grasas y sin colesterol, como casi todo. Algún día hasta olvidaremos el esponjoso, suave, delicado tacto de la nieve.
Ana Maria Tapias Garcia.
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