lunes, 16 de febrero de 2015

violencia

Caminaba por una calle estrecha, iba a la fotocopiadora, a mi oido, llegó la frase" Va a llover hostias", un hombre se lo contaba a otro hombre. Tomaba una cañita en un bar, un padre le gritaba a su hijo"  Sigue así,  que te meto otra hostia". Su cara me daba miedo.  A muchos kilómetros, de esta violencia verbal, se halla la violencia  de aquéllos,  que ejecutan al silencio de rostros desdibujados; de bustos de color naranja, atrapados  por cuchillos;  de piernas arrodilladas frente a la intolerancia;  de sueños  decapitados bajo la sombra de la crueldad. La maldita violencia  grita una y otra vez sobre la paz. 

Ana Maria Tapias Garcia.

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