Epi y Blas, mis maestros de la infancia, me explicaban la diferencia entre antes y ahora. Caminaba por el Paseo del Salón, donde tantas tardes jugué, cuando oí una conversación que salía de las entrañas de un banco, habitado por hombres y mujeres mayores, que descansaban del agotador calor, que vagabundea estos dias por casas, calles, murallas, fosos, monumentos, sin pedir permiso.
"Antes, había cariño, no teníamos tanto como ahora", decía una voz de mujer. Continuaba" Antes, había vecinos, nos ayudábamos, ahora las puertas se cierran".
Seguí caminando con nostalgia, un bostezo se posó sobre mi boca seca.
"Antes, había cariño, no teníamos tanto como ahora", decía una voz de mujer. Continuaba" Antes, había vecinos, nos ayudábamos, ahora las puertas se cierran".
Seguí caminando con nostalgia, un bostezo se posó sobre mi boca seca.
Ana Tapias.
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