martes, 21 de julio de 2015

Confiar


Mariana,  mi sobrina, ha quitado el pelo a uno de mis  muñecos. Al principio, me asusté, era udesconocido que tenía entre mis manos, lo miré lentamente, descubrí bajo sus ojos de plástico mis lágrimas. Suspiré. Supé que podía seguir confiandole mi erosionado corazón.
Ana Tapias

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