Caminar por Madrid, es como revelar una fotografía, uno nunca se cansa de admirar los matices, que formaban el color de sus calles, de sus personajes, de sus sonidos. En Madrid, el silencio es utopía, lejana, aislada, soñadora. Los zapatos, se pierden dentro de la telaraña de semáforos, que uniforman,Madrid, de sentido, de dirección, de ausencia del caos, que en cualquier momento, puede incrustarse en los planos, de los que callejean, sin rumbo, buscando el limite de Madrid; que se encuentra, en cada mirada, que lo dibuja en su isla del tesoro.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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