Los jueves, es día de mercado en la Plaza mayor, de vez cuando, voy(Me escaqueo casi siempre, pues, me aburre: el trajín de comprar, de coger número, de convencer al dependiente de que me de la fruta, verdura, buena) El carro es una herencia de mi abuela materna, tiene algunas manchadas producidas por el sol. Al salir de casa, dijo mi madre" Me da vergüenza, llevar ese carro", seguí con él hacia delante, como si conmigo no fuera la cosa. Al llegar, al puesto de la fruta, una vecina, miró fijamente, con asco, reprobando el carro. Las manchas la llevaron a pensar" Qué vaya gente, más guarra, como son capaces de llevar eso" Me sentí, adherida a mi abuela, a sus manos sobre él, a sus ganas de que fuera jueves( a ella, si la gustaba ir a comprar, disfrutaba eligiendo la fruta), a sus anhelos de ser más lista que el vendedor. Hablé, brevemente, con la vecina; no me avergonzaba de mis recuerdos, y no quise discutir, con los prejuicios de una señora, que se cree mejor persona por tener un carro sin memoria.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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