El viernes, llegó a una carta a mi nombre, de la Oficina del Empleo, casi me da un palpito. La abrí con dificultad, con bronca interior, algo entusiasmada; tal vez, en esas palabras, dictadas por algún coaching de empleo, se escondiera una vida placida, y sin arritmias laborales. Respiración rápida y entrecortada, ante frases como-"Seguimiento, evaluación, y posible redefinición.... Servicios de inserción que le hemos encomendado, participar en el proyecto" Me anuncian, que se pondrán en contacto conmigo. Me quedé helada, pensativa, paralizada, ante semejante hecho, que no sé bien qué evidencia, pero, mi animo, siempre ausente de emociones, se lo agradece.
Ana Tapias/( todos los derechos reservados)
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