Me
exprimen de la silla, las, pequeñas, ciudades, donde todo gira siempre
alrededor de las mismas personas, que se creen decisivas, importantes,
imprescindibles, para el devenir de la de la cultura bajo las farolas; en las
noches estrelladas; dentro del arco iris;
al lado de las sombras; en medio de los atascos; al otro lado del jardín. Son personas, que
solo te reconocen si eres alguien; sí, los puedes ofrecer algo a cambio de
la gloria; sí les regalas halagos; si saltas con su ego
a la comba; sí olvidas, que tu opinión no cuenta solo la tuya. Por eso, es
bueno, ignorar su presencia, aunque eso te convierta en un limón social, sin la
necesidad de fingir, como hace el resto
Ana
Tapias( todos los derechos reservados) ©
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