Últimamente las noticias, nos dejan la
muerte abandonada, bajo sus techos de soledad, de ancianos, que nadie reclama.
Son objetos, perdidos. en medio del ruido, de la contaminación, del devenir
digital, de la inconsistencia de la comunicación entre vecinos, que no oyen,
que no hablan, que no quieren saber nada, del señor o señora, mayor, que vive
pared con pared; que nunca a grita a
pesar del dolor; que a duras penas, logra salir de casa con la esperanza de
contar algunas palabras entre sus monedas; que se despide en la puerta del
ascensor como si fuera el final de una tragedia; que ahorra, pasos en las
pupilas, por miedo a quedarse ciego al otro lado de la ventana. La soledad es
cruel con todos, pero, sobre todo, con esas margaritas que se marchitan sin
memoria, besados por el olvido, silenciados por la rutina
Ana Tapias( todos los derechos
reservados)©
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