Apenas nos damos cuenta, cuando corremos
entre la multitud, imbuidos por las prisas, por el afán de no perder el ritmo; por
el estrés de no quedarnos anclados en el mismo punto; pero, las formas existen,
nos rodean, nos miran, nos vigilan, nos cuidan; nos demuestran que la tierra,
gira sin cesar, sin parar, sin preguntarnos; que nada es eterno; que todo
cambia hasta las sonrisas que un día perecieron dentro del olvido.
Ana Tapias( todos los derechos
reservados) ©
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