lunes, 30 de septiembre de 2019

Sin limites, sin tiempo


El silencio de los segundos, nunca se agotan en el calendario, se imprimen en el infinito como si fuera un augurio del alma, que vaga sin prisas, acogida a la deuda de la soledad, inmersa en los solsticios   de la razón, equinoccios de la costumbre, desbrozos de las auroras, despidos de  las madrugadas, descuidos de las estrellas fugaces, despropósitos de las dudas, desalientos de las sonrisas. El tiempo pasa, sin llorar, acogido a la eternidad de cada sonrisa, que siempre puede ser la última. 
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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miércoles, 25 de septiembre de 2019

Las dos Españas


Yo no creo en la dos Españas, soy agnóstica de esa visión que conduce a los dos bandos; que se mataron sin mirarse; que se vieron obligados a sobrevivir a una guerra, alzamiento, o sublevación, en la que no tuvieron más remedio que posicionarse; que corrieron a los refugios, para protegerse de bombas que llevaban el nombre de otros; que olvidaron, la alegría, para sumergirse en la tristeza de la despedida; que caminaron entre ruinas, donde buscaron la memoria de sus antepasados; que odiaron a sus vecinos a los que habían ayudado; que descuidaron, el ruido del río, por miedo a ser capturados; que cantaron, clandestinamente, en los cumpleaños; que se amaron con cartas, recibidas en los frentes como si fueran latas de sentimientos; que se casaron sin curas, ni trajes blancos, ni altares;  que se negaron a parte de ser del odio impuesto por militares y  políticos. Yo creo  en la España, que luchó por no someterse a unos y a otros, pero tuvo que claudicar ante las armas sin poder gritar"No", porqué mi familia, se vio abocada a los dos bandos, a pesar de no sentirse parte de  ninguno de ellos.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©


martes, 24 de septiembre de 2019

El peso del recuerdo

 El recuerdo, nos pertenece, los días que necesitamos pesarlo en la balanza de la rutina; que siempre, es desaconsejable para la sonrisa; que siempre, busca el olvido de los seres sin argumentos; que siempre, ignora la metamorfosis del dolor; que siempre, insiste en adaptarse a cuerpos sin sombra que invaden nuestros sentimientos. El recuerdo, es tal vez, lo único que nos quede del ayer, y por eso es necesario soñarlo de vez en cuando

Ana Tapias( todos los derechos reservados(©

lunes, 23 de septiembre de 2019

Ausencias


Es imposible contabilizar todas las ausencias, sin apenas darnos cuenta, cada día, mueren personas que nos han acompañado en nuestra rutina. Personas, invisibles, para nuestros sueños, pero, necesarias para nuestra mirada; personas a las que nos dirigimos, sin darnos cuenta, en medio, de la multitud de extraños, que acosan nuestros pasos; personas en las buscábamos refugio cuando llovía y habíamos olvidado el paraguas; personas que acariciaban nuestra soledad con sus silencios; personas como el primo, Pedro, que ya nunca más, se sentará en la Casa de los Picos. Las ausencias siempre nos dejan un poso de realidad.
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viernes, 20 de septiembre de 2019

Invitar a olvidar


 Cada día es una invitación al olvido; a ser otros; a caer en la trampa de la eternidad; a buscar excusas en calendario, para ser unos delincuentes de la alegría; cuando, la vida, nos empuja, nos deja, nos traslada, a la tristeza, de donde nunca, sabremos volver, pues es una capsula del tiempo sin vuelta atrás.
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miércoles, 18 de septiembre de 2019

Clausurar

Este, medio mundo, de limón, está a punto de ser clausurado. De hecho, ya pertenece al territorio del adiós, donde extenderá, sus alas, para volar hacía el olvido sin eco, sin retorno, sin pausas. Cerrará sus recuerdos, si es que fue capaz de guardarlos, para convertirse en nada;  o tal vez, en ausencia para quien lo amo, que llorará con ímpetu, el abrazo del ayer, que nunca volverá.
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domingo, 15 de septiembre de 2019

Acercarse al destino



 No es fácil dejarse llevar por la rutina; someterse a los dictados de la lluvia; encaramarse a la velocidad de las segundas o terceras oportunidades; meditar, sin gritar, sobre los desencuentros; olvidar el desayuno de injusticias; caer ante la adversidad sin hacerse preguntas; soñar sin tener nada a lo que aferrarse;  sobrevivir a uno y a mil fracasos;  cantar a la soledad sin miedo;  hablar a los sordos de los prejuicios; sentir la mirada del ayer sin abrazarla;  saltar en paracaídas pese a la derrota. La vida, nunca nos invita a creer en el destino, pero el destino sí en la vida. 
Con cariño, a mi amiga Sara.G de Pablos.

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jueves, 12 de septiembre de 2019

Aquellos niños



Esta fotografía, tiene más de cien años. Son niños, segovianos, de principios del Siglo XX, entre ellos destaca mi tío Esteban. Me pregunto ¿Qué fue de ellos?¿Fueron felices? ¿ Se adaptaron a las circunstancias de España? Sufrieron la, Guerra civil con treinta y pocos años, tal vez, muchos cayeran en el frente; o sobrevivieron a la metralla, a las bombas, de otros españoles, que como ellos, posarían  en otra fotografía como si fueran inmortales. Unos son más guapos que otros; unos son más traviesos que otros; unos  son más acechados por el hambre que otros; unos son más callados que otros; unos son más vulnerables que otros. Unos y otros, representan a vidas anónimas, que nos recuerdan que dentro del marco del calendario, alguien, en un mañana donde no amaneceremos, nos mirará con asombro, e intentará descubrir si nuestra alma sigue viva o ha sido devorada por el silencio.


©Ana Tapias( todos los derechos reservados)

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Pesadillas


 Las pesadillas me duran varios días, la única manera de superarlas, es escribirlas. Imágenes en blanco y negro; mudas se agolpan en mi rutina buscando un significado. Pero, no encuentro una explicación a muertos que apenas conocí; a examigas, con los que ya no tengo relación; a perros grandes que se suscriben al territorio del miedo. Estas figuras, cuelgan de mi memoria, suspendidas, segundo a segundo en cada uno de mis actos rutinarios. No sé si me pertenecen: si soy yo. Nunca me he visto en un espejo del sueño.  Llevo de noche, a una mujer, mayor, empequeñecida, en un carrito de bebé. Llegamos a un garaje muy oscuro. Las personas están sentadas; la mayoría son muertos que parecen vivos. No me hablan, no me miran. Fingen que están ahí, pero yo sé que su sombra no respira. Mi examiga, me mira con inquietud. Hace años que no nos hablamos; a su lado hay enorme perro, blanco, que apenas existe. Su hermano, me interroga sobre un vecino problemático. Salgo del garaje, abro los ojos. He de asumir que no estoy muerta; que sobrevivo en una realidad donde mi edad, es tan importante que nunca olvido el día en que nací.
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martes, 10 de septiembre de 2019

Collage de emociones

Nada ni nadie es perfecto, ni tan siquiera las emociones a las que fallamos y nos fallan .Nunca sabemos el destino de nuestro amor; ni si nuestro dolor tendrá alguna dirección; ni tan siquiera porqué las lágrimas nos inundan en las despedidas, cuando son sin duda una liberación. La realidad, importa poco si es certera o no; solo nos invita a sobrevivir al collage de emociones, sin pedir cuentas a la realidad.
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lunes, 9 de septiembre de 2019

Crucifixión del recuerdo

El recuerdo muere lentamente, bajo la lluvia de la memoria que nunca  es fiel; que pierde la necesidad de acompañarnos; que canta sin miedo al olvido; que visita otros cuerpos más jóvenes donde soñar sin caerse; que baila pegado a un momento que no se repetirá. Pero, tal vez, el recuerdo resucite si lo guardamos con polvo, manchado y cercado por las huellas del ayer.

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domingo, 8 de septiembre de 2019

Lo inesperado

Lo inesperado recorre nuestra bruma de silencios, como un hecho que se agota en si mismo. Apenas le da tiempo a recorrer nuestra sangre; a  llegar a nuestro latido, siempre sometido a la rutina de la misma sonrisa, del mismo beso, de la misma soledad, disfrazada de palabras inconexas. Apenas le quedan momentos para agonizar sin soñar. Muere aferrado al abrazo de lo efímero.
Ana Tapias(todos los derechos reservados)©

jueves, 5 de septiembre de 2019

Susurro a la memoria

Hay días, donde creo que la memoria me habla. Uno de los cajones de mi mesilla, estaba mal cerrado, de él, sobresalía, la redecilla que mi abuela, materna, se ponía, cada noche, para no estropearse el peinado. Así que, llamada por una voz escondida al otro lado de la realidad; he cogido la redecilla entre mis manos; la he acunado como si fuera mi abuela; he acariciado a  su pelo canoso; he hablado con su ternura; he contestado a su eco;  he besado sus pómulos; he sentido su latido en mi sonrisa; he llorado, en silencio, el paso del tiempo; que es la derrota del ayer; que es el triunfo del hoy; que será la utopía del mañana
Con todo, mi amor a mi abuela Encarnita
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

domingo, 1 de septiembre de 2019

Rutinas que contaminan


El humo de la olla, el calor del horno y de la plancha, el polvo de las estanterías las migas del pan del suelo, los restos de comida en los platos; son formas de contaminación de nuestra rutina, que se pega a las manos, que se constipa en los pulmones, que se adhiere al pensamiento, donde la nostalgia del aburrimiento contamina el alma de lágrimas, que lloran desconsoladas delante de la lavadora
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©