miércoles, 11 de septiembre de 2019

Pesadillas


 Las pesadillas me duran varios días, la única manera de superarlas, es escribirlas. Imágenes en blanco y negro; mudas se agolpan en mi rutina buscando un significado. Pero, no encuentro una explicación a muertos que apenas conocí; a examigas, con los que ya no tengo relación; a perros grandes que se suscriben al territorio del miedo. Estas figuras, cuelgan de mi memoria, suspendidas, segundo a segundo en cada uno de mis actos rutinarios. No sé si me pertenecen: si soy yo. Nunca me he visto en un espejo del sueño.  Llevo de noche, a una mujer, mayor, empequeñecida, en un carrito de bebé. Llegamos a un garaje muy oscuro. Las personas están sentadas; la mayoría son muertos que parecen vivos. No me hablan, no me miran. Fingen que están ahí, pero yo sé que su sombra no respira. Mi examiga, me mira con inquietud. Hace años que no nos hablamos; a su lado hay enorme perro, blanco, que apenas existe. Su hermano, me interroga sobre un vecino problemático. Salgo del garaje, abro los ojos. He de asumir que no estoy muerta; que sobrevivo en una realidad donde mi edad, es tan importante que nunca olvido el día en que nací.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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