El humo de la olla, el calor del horno y de la plancha, el polvo de las estanterías las migas del pan del suelo, los restos de comida en los platos; son formas de contaminación de nuestra rutina, que se pega a las manos, que se constipa en los pulmones, que se adhiere al pensamiento, donde la nostalgia del aburrimiento contamina el alma de lágrimas, que lloran desconsoladas delante de la lavadora
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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