Nada
ni nadie es perfecto, ni tan siquiera las emociones a las que fallamos y nos
fallan .Nunca sabemos el destino de nuestro amor; ni si nuestro dolor tendrá
alguna dirección; ni tan siquiera porqué las lágrimas nos inundan en las
despedidas, cuando son sin duda una liberación. La realidad, importa poco si es
certera o no; solo nos invita a sobrevivir al collage de emociones, sin pedir
cuentas a la realidad.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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