Es imposible contabilizar todas las
ausencias, sin apenas darnos cuenta, cada día, mueren personas que nos han
acompañado en nuestra rutina. Personas, invisibles, para nuestros sueños, pero,
necesarias para nuestra mirada; personas a las que nos dirigimos, sin darnos
cuenta, en medio, de la multitud de extraños, que acosan nuestros pasos;
personas en las buscábamos refugio cuando llovía y habíamos olvidado el
paraguas; personas que acariciaban nuestra soledad con sus silencios; personas
como el primo, Pedro, que ya nunca más, se sentará en la Casa de los Picos. Las
ausencias siempre nos dejan un poso de realidad.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
No hay comentarios:
Publicar un comentario