domingo, 13 de septiembre de 2020

Beber recuerdos rotos

Nos descomponemos, cada anochecer, bajo la almohada, como si fuéramos cuerpos sin dirección, sin sentido, sin formas, acoplados, a nuestro destino, de sobrevivir a una noche más; a una luna, creciente, menguante, llena o nueva; a una constelación de estrellas, cargadas de hidrógeno y de helio, que nos asfixiarían, sin meditar, sobre si queremos morir dignamente o vivir agonizando, entre la derrota de nuestros cuerpos caducos,  que beben recuerdos rotos, para emborracharse de sentimientos y  poder olvidar la soledad de caminar con los sueños ahogados, vencidos, derrotados, por la arrugas del adiós.


 
 Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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