viernes, 31 de marzo de 2023

Martin en la tienda

 Como cada día, suelo ir pronto a la tienda, a comprar el pan; nunca veo quién está dentro; empujo la puerta y me deslizo hacia un espacio pequeño, repleto de muchos productos, sin un orden; dentro del caos, enfrente del mostrador pequeño, acompañado de una caja registradora, se encontraba, Martin, sin mascarilla; la primera vez, que descubría su rostro mayor, arrugado, sencillo, sereno, cubierto de experiencia. La dueña de la tienda, dijo "Te abro la puerta", pero para ello, tenía que salir desde detrás del mostrador; así que,  me ofrecí voluntaria a hacerlo; y en ese momento, Martin, me sonrió; y el escaso espacio de la tienda, se convirtió en un arco iris de felicidad; puesto que al fin, había logrado una sonrisa del hombre al que admiraba, por su tenacidad, por  salir de casa solo,  por ir a la compra, sin miedo a caerse, sin miedo a perderse, sin miedo a la vida. Martin, es un héroe de la supervivencia,  del que aprendo a envejecer sin complejos.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

jueves, 30 de marzo de 2023

Saltos entre guerras

 

Leo varios libros a la vez que periódicos atrasados; sin querer, me he sumergido en la tragedia de dos guerras, en dos siglos diferentes; La Primera Guerra Mundial, de la mano de Alicia Giménez Bartlett, en el libro" Una habitación ajena"; La invasión de Ucrania, de la mano, de la crónica de Javier Espinosa, en el diario “El Mundo”. Ante mi mirada, dibujo los bombardeos sobre Inglaterra, sobre Kiev, y mi corazón llora, enmudece, calla, ante el dolor, ante el sufrimiento, ante el miedo de millones de seres , pertrechados, bajo la incertidumbre, de morir o de vivir, en medio de guerras, que no quisieron, que no fueron anunciadas, que no cantaron bajo las estrellas;  que lloran sangre de los inocentes, atrapados, en las mentes de quienes ejecutan, sin pudor, aviones, destructores de sueños, aniquiladores de sonrisas, saboteadores de la esperanza, de un mundo sin dictadores, de un mundo sin pausas, de un mundo que abrace a la felicidad.

Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

miércoles, 29 de marzo de 2023

Vidas entre páginas




 Ana Tapias( todos los derechos reservados)©He empezado a leer un libro, cargada de la emoción, llena de susurros, inspirada por la aventura, de las primeras palabras, cuando he hallado un papel del antiguo lector, que me dirige a su vida. En la parte delantera, hay un ticket de compra, por 49 euros, de unas zapatillas de señora. Ya tengo claro, que era una mujer quien ha leído el libro. En la parte de detrás, del ticket, descubro su letra, irregular, imprecisa, incierta, que me deja en una clínica dental; a un hombre, su dirección y su teléfono; a una lista de cosas, escrita en lápiz: huevos, farmacia, giné, melón. Sin querer, mi destino, se ha cruzado con la otra persona, con la que comparto, lectura, y tal vez, sueños. Al terminar el libro, que he sacado de la biblioteca, devolveré el ticket a su cárcel, por si su dueña, vuelve a buscar su vida, mientras tanto, yo la acunaré entre mis dedos.
 


Diálogos de primavera




 

martes, 28 de marzo de 2023

Sombra del ayer


 

El viejo, el vetusto, el venerable, Acueducto, proyecta su sombra, disminuida, mermada, acortada, sobre los edificios;  que le sirven de espejo de sus anhelos, de sus sueños, de sus esperanzas, que sonríen, que lloran, que susurran, entre desconocidos, que van y vienen, entre sus arcos que fotografían para formar parte del ayer como él; que nunca se ha rendido, pese a la erosión de la vegetación, que se acumula, sin pedir permiso,  sobre sus arcos;  hartos de espiar en soledad, el caminar de los seres mortales, que siempre se rinden ante el silencio, que cada tarde, se bautiza de nuevo para ser fiel al olvido.

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domingo, 26 de marzo de 2023

Primaveras


 Apenas se aprecia en la fotografía, pero a la izquierda, o tal  ver la derecha, no logro distinguir, sin equivocarme; aparece una breve rama de Almendro, que he captado de causalidad, pues buscaba la cigüeña,  pero el sol me daba de cara y era imposible adivinar, qué saldría de este intento, de reflejar a una cigüeña, que regresaba al nido, con un rama, para que el cigüeño esté más confortable, junto a sus padres; que le hablarán de las personas, que observan  desde la distancia, sin rubor, sin miedo, sin ser partícipes, de las lágrimas, de las sonrisas, de los besos, de los suspiros, de los suicidios, de los sueños, de las pesadillas, de los aciertos, de las incertidumbres, de hombres, de mujeres, que sufren el paso del tiempo en sus huesos desgastados por el dolor del adiós, de las personas que quisieron y que se fueron, sin poder abrazar; por eso lloran delante del paisaje, que se disfraza con flores, que ocultan el latido agónico de los supervivientes, que luchan por sonreír, en sus primaveras.

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viernes, 24 de marzo de 2023

Olvidados

 Artistas olvidados, pululan, por las páginas de los periódicos atrasados, que leo, cuando me dejan las circustancias, que me atrapan, sin pedir permiso. Son artistas olvidados, que encierran mundos interiores, que se crecen ante el dolor, ante la incertidumbre, ante la injusticia, contra la que luchan.

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miércoles, 22 de marzo de 2023

Espejo del tiempo


En la iglesia de San Martín( de Segovia) encontré un espejo retrovisor; tal vez, alguien sin principios estéticos, lo había depositado;  tal vez, alguien sin corazón mecánico lo había roto; tal vez, alguien con pensamiento crítico, lo había colocado, para asomarse al paso del tiempo, sobre las piedras, que antaño fueron lugar para los encuentros de los parroquianos que hablaban refugiándose del frio, al amparo del calor; sobre sus idas y venidas, de las zancadillas del destino, que se cuelan, siglos después, con diferentes telas, con las mismas sonrisas, con otras incertidumbres, pero con la mismo deseo de alcanzar la felicidad, que el escueto espejo se esfuerza por reflejar.

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martes, 21 de marzo de 2023

Amor sin destino

 

Hay noticias, que se clavan en mi corazón; una de ellas, es el amor entre Manolete (1917-1947) y Lupe Sino(1917-1959). Personas desapercibidas en mi memoria, hasta que se cruza en mi rutina de artículos, que logran seducirme, por su verdad.  Como el amor, de dos personas libres, que se conocieron en el bar Chicote(Madrid). Al regalarse su primera mirada, cada uno, soportaba la carga de su vida. Manolete, nació en 1917, su padre torero, su abuelo torero, no le dejaron escapatoria de ser torero. Antonia Bronchalo Lope Sino, nació en 1917, rodeada de hermanos, en un hogar sin muchos recursos, que le llevó a Madrid, para servir, pero no se conformó, con limpiar, lavar, fregar, cocinar, su vocación de artista, le llevó a ser bailarina de cabaré, y más tarde actriz. Sus ojos verdes, se clavaron en las cornadas de Manolete, que sangraban esperanza en una vida, sin sustos, sin sobresaltos, sin miedo; junto a Antonia, con quien tenía previsto casarse el 18 de octubre de 1947, pero un toro, le arrebató la posibilidad de seguir soñando, pero en mi fantasía, Manolete y Antonia, se casaron, tuvieron un hijo, que no fue torero, sino psicólogo, para así, aliviar el sufrimiento,  que padecieron personas como sus padres; que nunca fueron entendidos por la sociedad, inmersa en los prejuicios de una España, machista, dictadora, negra, que fusilaba sonrisas de los valientes, que luchaban por ser ellos mismos en un mundo de cárceles interiores sin llaves.

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jueves, 16 de marzo de 2023

Bodegón del olvido


 

Mi madre, saca la carne del cocido, para descongelar, y va desangrándose, lentamente, delante de los ojos de aquellos, que nos atrevemos a mirar su decadencia; que es olvido, como el de la fotografía, que destila desarraigo, exilio, experiencia, de un mundo perdido en la niebla de la memoria;  que será devorado por el momento, como la carne, de un ser vivo, que fue creado para ser parte de la tragedia de otro.

 

 

Ana Tapias( todos los derechos reservadas)©

miércoles, 15 de marzo de 2023

Secundarios de fotografía

 

Esta fotografía, es una herencia de un tío, que fue el padrino de boda, de una sobrina (a quien no conozco, sería por parte de su mujer) Mi tío nunca tuvo hijos, tal vez, por las secuelas de la guerra civil española, que le dieron la categoría de traidor a la patria, y le dejaron sin trabajo; que realizaba su mujer planchando. Imagino la satisfacción de mi tío, al llevar del brazo, a una novia, joven y radiante; que le contagiaría esperanza. Hay dentro de esta fotografía, una imagen, que no me invita a quedarme en los protagonistas, es la de una de las invitadas; la mujer, que está a la izquierda de la novia y la mira con satisfacción, con entrega, con solemnidad. Su rostro blanco, sin arrugas; su pelo oscuro; sus ojos indefinidos, como su nombre, su apellido, como su edad; que se han vuelto una interrogación en mi pensamiento, que siempre la busca en este recuerdo de celebración; del que fue una actriz secundaria, que  susurra al tiempo, que es nostalgia de un día atrapado dentro de la felicidad.

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sábado, 11 de marzo de 2023

Lágrimas suspendidas


 Las lágrimas vuelan entre utopías vencidas, entre metáforas anoréxicas, entre espejos rotos; que temen caer al vacío, para no ser vencidas, para no inundar las circunstancias, para no suicidarse en la tragedia; que intenta sobrevivir al miedo, a la culpa, a la indiferencia;  de un mundo, que ha olvidado escuchar, que se ha entregado al odio;  que se ha perdido en la envidia; donde el eco del yo, es más fuerte que el amor, que queda suspendido en medio del destino, donde los sueños no se alcanzan, ni con escaleras, troceadas por el amigo! ¡Las lágrimas mueren agotadas de anhelar esperanza!

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viernes, 10 de marzo de 2023

Personas con las que ajustar cuentas


 Un día, haciendo una fotografía a las calles de mi ciudad, se coló una persona que me hizo sufrir, desde entonces las fotografió; suelen ser personas del trabajo, y, también algún familiar; quienes, sin pudor; me han gritado, me han insultado; me han acosado; sus actos no prescriben en mi memoria; que anhela justicia, que llega, inmortalizando sus cuerpos orondos, obesos, dañinos, egoístas, malvados, siniestros, destructores, aniquiladores de mi fe en el ser humano; pero sé, que sus formas, serán encarceladas en la eternidad de mis fotografías.

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miércoles, 8 de marzo de 2023

Ignorar el pasado

 

El Acueducto de Segovia, es atacado día a día; por personas, que permiten a sus perros mear sobre los sillares de granito; que tiran colillas, latas de cerveza, botellas de plástico; que se suben a los arcos; donde la vegetación dibuja sonrisas; bajo la mirada ausente de las autoridades, que han de cuidarlo, que han de protegerlo,  que han de salvarlo, de los actos de personas, que actúan sin empatía, sin compromiso, sin interés, que son espejo de un Ayuntamiento, que acuchilla  la historia; que secuestra su abandono;  que  mercadea con sus piedras; haciendo actos multitudinarios, que atrapan,  al Acueducto, en una contemporaneidad, que lo destruye, que lo rompe, que lo agrede sin remedio;  en medio de los decibelios, que asustan a sus años; consumidos por la erosión, de actitudes, sin compromiso con la belleza, con la historia, con la eternidad, de quienes deberían ser parte de la ciudad, pues tienen la obligación de trabajar por ella, no desterrarla al olvido.

Ana Tapias(


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Olvido



 La fotografía es una herencia, de mi tía -abuela, María: que ha llegado hasta mí, tal vez, para que le rescate del olvido. Está dedicada y firmada. La fecha es el 27-6-1949” Con el mayor afecto, a nuestra prima María”, de Leopoldo y de Lola. Veo sus rostros, vírgenes de arrugas, de cansancio, de sufrimiento; la ilusión de dos jóvenes enamorados; que contagian ilusión, esperanza, amor. Sé que los años pasaron por ellos, hasta convertirlos en dos ancianos respetables; que caminarían de la mano, por las calles, atestadas de coches; fusionadas con el ruido; secuestradas por la contaminación; en una España, aún en blanco y negro; en la que resistieron sin levantar la voz; callados dentro de las costumbres impuestas por la dictadura; que silenciaba el pensamiento; que torturaba a quienes hablaban; que marginaba a los valientes. Leopoldo y Lola, siempre serán dos enamorados para mi rutina de la memoria

Con cariño a la memoria de Leopodo y Lola
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sábado, 4 de marzo de 2023

Atrapar el corazón de Amador


 

El hombre joven, de la fotografía, es mi tío-abuelo Amador; quien murió a los cuarenta años; recién casado, y aún feliz, por su nueva vida; dejando atrás, a un padre desconocido, quien también murió joven, demasiado para recordarle; a una madre, que, sin un riñón, tuvo que trabajar, de sirvienta, para sacar adelante, a sus tres hijos pequeños. Nunca pudo estudiar, ni ser libre para ser él; pues la supervivencia era su monotonía, alterada por una Guerra Civil, en la que se vio involucrado, y a la que también hubo que adaptarse. Desconozco sus palabras, sus gestos, sus pensamientos, sus sentimientos, sus alegrías, sus lágrimas; pero algo dentro de mí, intenta rescatar su corazón, con mis dedos, apenas intangibles, para escuchar el lejano latido de su memoria.

Con todo mi cariño, a la memoria, de Amador Heredero Sanz, siempre en mi corazón.

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Envolver la memoria


 

 Mi abuela, siempre fue una mujer cuidadosa con su aspecto, delicada, consecuente con su cuerpo; que cuidaba, para envejecer, sin dejarse atrapar, por la telaraña del tiempo, y lo hizo, pues apenas tenía arrugas, a sus noventa y dos años, cuando se despidió de nuestras vidas, con un cutis perfecto. De los restos de su despedida, conservo su redecilla, que envuelve a su memoria, en la consistencia de mis días sin ella; que lloran su ausencia, como si fuera un lluvia fina, atrapada en la invisible del red del sentimiento; que mi alma abraza cada momento, para reciclar su mirada verde, que se posa sobre mi cuerpo erosionado por el viento; zarandeado por la tormenta; agrietado por el destino; inundado por el dolor; secuestrado por la incertidumbre; intimidado por la enfermedad; que busca en el recuerdo el consuelo a mi existencia.

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Con todo mi amor, a mi abuela, Encarna Heredero Sanz, siempre en mi corazón abuelita.

miércoles, 1 de marzo de 2023

última luz


 Hay algo de impreciso, de vago, de incierto, en la luz de atardecer, que se descuelga, que se desvanece, que es difumina, entre los edificios, como si buscará acariciar su memoria, para que se no perdiera dentro del ruido de la incertidumbre, que contamina su existencia. Hay algo de hermoso, de bello, de esplendor, en la luz del atardecer, que es espejo de la despedida de sueños, de anhelos, de esperanzas, que chocan contra los tambores de odios, de envidias, de celos, que laceran a los corazones valientes. Hay algo de herida, de lágrima, de sufrimiento, en la luz de atardecer, que es susurro de la agonía, de la muerte, del olvido, de nuestros cuerpos, siempre zaheridos por el destino, que siempre nos acorrala, que  siempre nos derrota, que siempre nos suprime, para desposarnos con el silencio, donde tal vez, algún eco nos rescatará en su atardecer.

 © Ana Tapias( todos los derechos reservados)