Mi madre, saca la carne del cocido, para descongelar, y va desangrándose,
lentamente, delante de los ojos de aquellos, que nos atrevemos a mirar su decadencia;
que es olvido, como el de la fotografía, que destila desarraigo, exilio,
experiencia, de un mundo perdido en la niebla de la memoria; que será devorado por el momento, como la carne,
de un ser vivo, que fue creado para ser parte de la tragedia de otro.
Ana Tapias( todos los derechos
reservadas)©
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