Un día, haciendo una fotografía a las calles de mi ciudad, se coló una persona que me hizo sufrir, desde entonces las fotografió; suelen ser personas del trabajo, y, también algún familiar; quienes, sin pudor; me han gritado, me han insultado; me han acosado; sus actos no prescriben en mi memoria; que anhela justicia, que llega, inmortalizando sus cuerpos orondos, obesos, dañinos, egoístas, malvados, siniestros, destructores, aniquiladores de mi fe en el ser humano; pero sé, que sus formas, serán encarceladas en la eternidad de mis fotografías.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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