Hay noticias, que se clavan en mi corazón; una de
ellas, es el amor entre Manolete (1917-1947) y Lupe Sino(1917-1959). Personas
desapercibidas en mi memoria, hasta que se cruza en mi rutina de artículos, que
logran seducirme, por su verdad. Como el
amor, de dos personas libres, que se conocieron en el bar Chicote(Madrid). Al
regalarse su primera mirada, cada uno, soportaba la carga de su vida. Manolete,
nació en 1917, su padre torero, su abuelo torero, no le dejaron escapatoria de
ser torero. Antonia Bronchalo Lope Sino, nació en 1917, rodeada de hermanos, en
un hogar sin muchos recursos, que le llevó a Madrid, para servir, pero no se
conformó, con limpiar, lavar, fregar, cocinar, su vocación de artista, le llevó
a ser bailarina de cabaré, y más tarde actriz. Sus ojos verdes, se clavaron en
las cornadas de Manolete, que sangraban esperanza en una vida, sin sustos, sin
sobresaltos, sin miedo; junto a Antonia, con quien tenía previsto casarse el 18
de octubre de 1947, pero un toro, le arrebató la posibilidad de seguir soñando,
pero en mi fantasía, Manolete y Antonia, se casaron, tuvieron un hijo, que no
fue torero, sino psicólogo, para así, aliviar el sufrimiento, que
padecieron personas como sus padres; que nunca fueron entendidos por la
sociedad, inmersa en los prejuicios de una España, machista, dictadora, negra,
que fusilaba sonrisas de los valientes, que luchaban por ser ellos mismos en un
mundo de cárceles interiores sin llaves.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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