Leo varios libros a la vez que periódicos atrasados; sin
querer, me he sumergido en la tragedia de dos guerras, en dos siglos
diferentes; La Primera Guerra Mundial, de la mano de Alicia Giménez Bartlett,
en el libro" Una habitación ajena"; La invasión
de Ucrania, de la mano, de la crónica de Javier Espinosa, en el diario “El
Mundo”. Ante mi mirada, dibujo los bombardeos sobre Inglaterra, sobre Kiev, y
mi corazón llora, enmudece, calla, ante el dolor, ante el sufrimiento, ante el
miedo de millones de seres , pertrechados, bajo la incertidumbre, de morir o de
vivir, en medio de guerras, que no quisieron, que no fueron anunciadas, que no
cantaron bajo las estrellas; que lloran
sangre de los inocentes, atrapados, en las mentes de quienes ejecutan, sin pudor,
aviones, destructores de sueños, aniquiladores de sonrisas, saboteadores de la
esperanza, de un mundo sin dictadores, de un mundo sin pausas, de un mundo que
abrace a la felicidad.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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