miércoles, 8 de marzo de 2023

Ignorar el pasado

 

El Acueducto de Segovia, es atacado día a día; por personas, que permiten a sus perros mear sobre los sillares de granito; que tiran colillas, latas de cerveza, botellas de plástico; que se suben a los arcos; donde la vegetación dibuja sonrisas; bajo la mirada ausente de las autoridades, que han de cuidarlo, que han de protegerlo,  que han de salvarlo, de los actos de personas, que actúan sin empatía, sin compromiso, sin interés, que son espejo de un Ayuntamiento, que acuchilla  la historia; que secuestra su abandono;  que  mercadea con sus piedras; haciendo actos multitudinarios, que atrapan,  al Acueducto, en una contemporaneidad, que lo destruye, que lo rompe, que lo agrede sin remedio;  en medio de los decibelios, que asustan a sus años; consumidos por la erosión, de actitudes, sin compromiso con la belleza, con la historia, con la eternidad, de quienes deberían ser parte de la ciudad, pues tienen la obligación de trabajar por ella, no desterrarla al olvido.

Ana Tapias(


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