El paisaje sueña junto a nuestra mirada; que se pierde entre
el ayer, entre el hoy, donde encuentra reposo a nuestras lágrimas; que son
pequeñas despedidas, de aquellos, que nos dejaron miel en el rostro; de
aquellos, que susurraron nuestros nombres; de aquellos, que conjugaron
nuestros silencios, para formar vocales y consonantes, que nos ayudan a
sobrevivir al destino, impuesto por nuestras obligaciones; que nos
secuestran en medio de la realidad; pero siempre, se dibuja en nuestras
pupilas un paisaje para volar y rozar la felicidad.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias
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