Te escribo cuatro líneas, como diría mi abuelo Leoncio, para recordar que hace 72 años morías a los 31 años en la cárcel de Alicante. No eras culpable sino víctima de la crueldad. No eras cómplice de la venganza, eras palabra con forma de libertad. Eras pastor que amaba los versos y en ellos vives.
Tu esqueleto son tus poemas. Te mataron, es verdad, pero cada día resucitas en las miradas de aquellos que te leemos.
" Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desmordazarte y regresarte". M Hernándz
Un abrazo en el tiempo.
Ana Maria Tapias Garcia
Con todo mi cariño y locura de admiración a Miguel Hernández.
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