Mi mirada se acerca al atardecer. Ayer le vi desde San Lorenzo, un barrio de Segovia. Busco los restos de nostalgia del día para despedirme. Hay veces que mis ojos se llenan de lágrimas, eso pasa cuando la violencia llega a ellos.
Dos mujeres asesinadas en España en dos días: una en Madrid de 49 años, otra en Vizcaya de 35 años. Dos sonrisas que nunca más podrán sentir la caricia de la vida en sus rostros. Nada hicieron para enamorarse de sus verdugos. Nada salvo confiar en ellos. Dos mujeres olvidadas en el seno de una sociedad, que destruye la noción del sufrimiento. Sufrir cuando llega a nuestro pensamiento la violencia, es un deber que tenemos como ciudadanos. La violencia nos afecta a todos, no sólo a quienes se cruzan con asesinos en su camino.
Dos mujeres asesinadas en España en dos días: una en Madrid de 49 años, otra en Vizcaya de 35 años. Dos sonrisas que nunca más podrán sentir la caricia de la vida en sus rostros. Nada hicieron para enamorarse de sus verdugos. Nada salvo confiar en ellos. Dos mujeres olvidadas en el seno de una sociedad, que destruye la noción del sufrimiento. Sufrir cuando llega a nuestro pensamiento la violencia, es un deber que tenemos como ciudadanos. La violencia nos afecta a todos, no sólo a quienes se cruzan con asesinos en su camino.
No más muertes de mujeres.
Ana Maria Tapias Garcia.
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