Dos huracanes con mirada sincera, sonrisa elegante, pasos acogedores, manos amables, arrugas erosionadas por el futuro, y pensamiento audaz, han fallecido en los últimos tres meses. Se llamaban Nelson Mandela y Adolfo Suárez. Nelson ideó una Sudáfrica sin Apartheid y Adolfo construyó la transición. Fueron valientes, tenaces y decidieron atravesar las fronteras del dolor en el que estaban inmersos sus países, cuyos ciudadanos miraban al suelo. Ellos ayudaron a alzar la mirada al horizonte.
Los huracanes arrasan y se van sin enteramos, ni agradecerles su fuerza destructora de pesadillas y constructora de utopías.
Los huracanes arrasan y se van sin enteramos, ni agradecerles su fuerza destructora de pesadillas y constructora de utopías.
Con todo mi admiración y cariño a los dos.
Ana Maria Tapias Garcia.
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