Halloween

No soy una niña-Halloween, soy una mujer-todos los Santos. Voy al cementerio, compro buñuelos, antes llevaba flores a mis abuelos, ahora les cuento las travesuras de  sus bisnietos. Las únicas calabazas que tengo son las el huerto de mi padre, que sirven para hacer un buen puré.  A veces recibo calabazas sobre mis pensamientos,  que se abomban cayéndose a mis pies. Las brujas, los monstruos, y demás disfraces, les encuentro en mi rutina. ¿Truco o Trato?, me preguntan, sigo mi camino pues soy una niña católica,  que sólo llora en los funerales. 

Ana María Tapias García. 

Vecinos

Hay comunidades de vecinos como la mía, en la que hay vecinos atrapados, por los intereses de aquellos que promueven un golpe de estado contra todos. Me recuerda a la dictadura de Corea del Nort, Kim Jong ejecuta a los que no quieren encender la calefacción todo el día. 

En mi comumidad,  Kim Jong son unos jubilados pijos, a quienes les sobra la pasta, mientras que  otros vecinos deben pedir créditos para pagar la calefacción y las derramas.  

Kim Jong y su mujer una jubilada con muy mala hostia, van casa por casa, sembrando mentiras, para ajusticiar al opositor, que sin un juicio justo es ametrallado por aquellos a quienes defendía. 

Las comunidades de vecinos, están hechas de soldados,  con quien hablamos en el ascensor, y es que el sol, la lluvia y el frío cuentan con muchas aristas,  para un espacio tan pequeño. 

Ana Maria Tapias Garcia. 

Gatos

Esta noche, podía haber soñado que tenía una cuenta en Suiza, debo ser la única que no la tiene, pero no. Mis imágenes con almohada, me llevaron a toparme con gatos gordos. Me dan pánico los gatos desde pequeña, pensaba que se  me tirarían a la cara y me arañarían.

 Si Freud analizara mis imágenes del otro lado, tal vez me sugiriera que "Tenía complejo de ciudadana engañada por los políticos, que eran  los gatos agazapados en el Parlamento". Freud me aconsejaría,  que me tomará un Valium de disculpas políticas, antes de dormir. No sé si se me va a quitar así el trauma que tengo, son muchos años ya....

Ana María Tapias García.

Ictus

La sombra el ictus es alargada. Mañana es el dia internacional contra el ictus. Para mí el ictus es mi abuela Encarna. Luchamos mis padres, mis dos hermanas y yo, para ayudarla cuando le daba uno, el último la mató.
Recuerdo a mi abuela intentando pronunciar " hipopótamo", era una palabra a la que  se acostumbró. Si se trababa  al decirla debíamos llamar al 112. La muerte es inexorable, y, no admite llamadas. Al ictus hay que plantarle cara con una vida sana, y, entonces se alejará unos años , hasta que un hipopótamo llamado tiempo nos aplaste.

Con amor a mi abuela,  a quien  tanto echo de menos

Ana Maria Tapias Garcia. 

Cáncer

El domingo voy a participar en la Primera Marcha contra el cáncer en mi ciudad, Segovia. Recordaré a mi abuelo Leoncio, y al resto de mis familiares,  cuyos últimos suspiros se les llevó la enfermedad que rompe corazones. 

La sociedad debe luchar, debe gritar, debe manifestarse contra la metástasis en que se ha convertido la corrupción. La gente se ha vuelto egoísta, se ha quedado ciega, no sabe mirar al dolor. 

La quimioterapia que hacen los granes partidos, expulsando a los corruptos, no es suficiente. Han de devolver el dinero,  para curar de una vez por todas a la democracia, que agoniza sin techo. 

Ana Maria Tapias Garcia. 

Corrupción

Políticos y sus amigos acumulan millones de euros. Mientras que el resto nos raspamos el bolsillo, eso los que tienen trabajo, los que no lo tenemos miramos a los que se lo raspan con desolación.
A veces,  nos ofrecen trabajos sin cotizar, trabajos miseros, trabajos clandestinos a los que hemos de recurrir para no mirar a los escaparates de las tiendas de comestibles, atiborradas de turrón, ya en esta época el año.
A veces, miramos con inquietud a los que buscan en las basuras, sentimos que podemos llegar a ser ellos, y, lloramos en silencio. A veces, mataríamos a quienes nos matan los sueños de poseer un futuro.  Queremos que los corruptos nos devuelvan nuestra sonrisa. 

Ana Maria Tapias García. 

Sonreir

¡ Qué dificil es sonreír a veces! A mí, un simple acento mal puesto o una coma mal encajada,  me  condena a que no se entienda una frase, que adorna el entorno de un relato. A los novios, unos globos les pueden ocasionar molestias en sus impecables trajes,  por eso se afanan en sacarlos del coche. 

La vida está cuajada de pequeños milagros, como mover los brazos, como pensar qué hacer con ellos, como caminar, como mirar, como amar, como odiar, como acariciar, como oler, como llorar, como sonreír.
Creo que la sonrisa debería formar parte de nuestro manual de supervivencia. 

En la vida todo es posible, hasta un ramo de novia-limpia parabrisas.

Ana Maria Tapias Garcia.

Caddy Azzuba

Es la periodista congoleña, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, denuncia la guerra desde radio Okapi, en su país la República democrática del Congo. Su ojos lloran con las 500 mil mujeres violadas. Su voz reclama justicia. La justicia  de un pueblo olvidado en  las esquinas de la civilización, como si se tratase de una hoja mojada en medio del otoño.

La palabra dolor ha de ser catalogada como forma de supervivencia, en la la República democrática del Congo, que sufre el expolio de las multinacionales. 

Caddy  Azzuba,  ha sido amenazada de muerte. En dos ocasiones casi es asesinada, lleva protección de las  Naciones Unidas. 
Las armas no callarán la voz de la verdad. Muchas voces incluida  la mía somos  Caddy. 

Con  admiración a   Caddy  Azzuba

Ana Maria Tapias Garcia 

Los Pujol

 Me acuerdo de una canción que cantaba mi abuela , Encarna, " Mamá, cuando sea yo mayor  ganaré mucho dinero jugando al fútbol". No conocían en los inicios del Siglo XX a los Pujol.  Ser un miembro de la familia más poderosa, era una garantía para no pasar hambre. Sus triquiñuelas alejadas de las leyes,  han ocasionado muchas lágrimas en aquellos a quienes han extorsionado su dignidad.
 Nunca entenderé a las personas egoístas, que juegan con las vidas de los demás, que les abandonan en cunetas del olvido, para ser los dueños de paraísos fiscales.
Las mamás del Siglo XXI, ya no saben que canción cantar a sus hijos, no vaya a ser que alguien les aclare que la única forma de ser rico" Es robar al pueblo soberano". 

Ana María Tapias García.

Luz

A veces me siento derrotada, triste, cansada,  no encuentro mi sonrisa,  aparece ella, y mi sonrisa resurge de las cenizas. La echo de menos cuando no la veo por las calles. Es menuda, guapa, sonriente, valiente y luchadora.
Ayer, me contaba como se le cayó un sofá- cama encima de una sus piernas, que se quedó sin piel. Al día siguiente, fue hasta la ermita. Pasó tres semanas fundida por el dolor, con curas,  algunas mal hechas,  por los servicios de urgencias, que retrasaron su curación, hasta que pudo caminar bien.

Sus enfermedades no son obstáculo para ser feliz. Es un ejemplo, para aquellos que se encierran en sus problemas como excusa  para no vivir,  ni dejar vivir a quienes les rodean.
Al despedirnos, nos dimos un beso , y,  ese beso me regaló  fuerza para no llorar al planchar, para no llorar al fregar los platos esta mañana, para creer que si luchas la vida es hermosa. Gracias, Luz. 


Ana Maria Tapias Garcia.

Hoja

Este es mi articulo 900. Hace dos años que José Ángel, con mirada de pájaro, me animó a crear el blog, que escribo cada amanecer con pasión, con entrega, con amor.

Soy una hoja atrapada por la realidad, que busca detrás del laberinto de noticias  un motivo para seguir escribiendo, para no perderse en la fantasía, para no dejarse vencer por el aburrimiento ,y, condenar la violencia. La violencia es el exterminio de la razón. La violencia no debe ser silenciada si atrapada. 
Soy una hoja  que piensa con palabras en la no violencia. 

Ana Maria Tapias Garcia.

Lapidar

Ayer la televisión mostraba las imágenes difundidas por un grupo terrorista, de cuyo nombre no quiero acordarme. Una mujer acusada de adulterio fue apedreada por hombres, que lucen metralletas en sus miradas, por hombres con cuchillos en sus labios, por  hombres que no saben ser felices.

 Ella, ya no es ella, es su cadáver que  no llora, que no levantará a un ejercito de mujeres que acumulen ladrillos en sus vientres, como si fueran hijos para ser más fuertes, que quienes las ejecutan. Ellas resistirán la venganza de una cultura, que las maniata a una cuerda para hacer justicia. Ellas somos nosotros: hombres y mujeres que caminamos con su olor.

No más lapidaciones.

Ana Maria Tapias Garcia. 

Botellín

A veces la vida,  se asemeja a un botellín arrojado en medio de la calle, sin sentido aparente pero  repleto de tragedias en su interior,  como el " Pequeño Nicolás", protagonista de las noticias más amables de estos días. Sus destrezas como embaucador le han llevado hasta llevar escolta policial.

He de reconocer que me cae bien, y, yo sería incapaz  de fingir ser lo que no soy, aunque tal vez de eso se trate la supervivencia, de beber en otros para sentirnos nosotros mismos, de leer revistas de moda para vestiros como los famosos,  por quienes secretamente nos hacemos pasar.
A veces la vida,  requiere de sueños imposibles para alcanzar la realidad.

Ana Maria Tapias Garcia.

delimitar

A veces me cuesta delimitar mi sombra de la realidad. Me gustaría aligerar la carga viral de ella. Ayer oía a dolores, querida dolores, justificar a Rato. El hombre que aspiró  a ser presidente de gobierno, alguna zancadilla le alejó de su destino. El hombre cuya sombra se ha perdido entre sospechas.
Mi sombra carece de fronteras, de formas, ante tanta palabra que envuelve la verdad.

Ana María Tapias García.

Banco en blanco y negro

 Nos pasamos la vida acumulando. Me aburre ir de  compras, y, regalar cosas. El mejor regalo que hago es mi tiempo, mi sonrisa, mis caricias. La sociedad compra  para frenar el momento del recuerdo. 

Teresa, querida Teresa, te has  curado. Tu figura en unos meses no significará nada. Tu cuerpo vencedor del ébola será víctima del olvido. Consumiremos nuevas tonalidades, para alimentar la esperanza que la eternidad está lejos,  pero a la vuelta de la esquina un banco en blanco y negro nos llorará.

Ana Maria Tapias Garcia.

Podemos

Podemos quiere gobernar este país de ladrones, con tarjetas opacas, que despilfarran mientras otros agonizan en las calles. Este país donde un perro es más importante que un continente, que muere por el ébola. Este país necesita  políticos que generen esperanzas, que limpien el país del enchufismo, de la corrupción, que se ha instalado en la memoria colectiva. El no esfuerzo. El no compromiso ha de cambiar.

 Soy atea de los políticos, por eso cuando les veo con los puños levantados creo que timan mi fe. El político no es un director, que gana el Goya al mejor guión adaptado. El político es un actor a la sombra que hace su trabajo.

Ana Maria Tapias Garcia. 

Blesa-Rato

Son los responsables según el juez de la Audiencia Nacional de las tarjetas opacas, que disfrutaron 83 consejeros. No sabíamos que a Rato le gustaba tanto el marisco. Parecía un señor austero, incluso algo tacaño, como buen Ministro de economía que fue. Pero es un  hombre poco discreto, a la hora de gastar  el dinero de los sumisos ahorradores, que fueron estafados con las Preferentes. Algunos de ellos perdieron su vida, pero a los 83 consejeros les traía por culo.
Si, creo que la Real Academia se ha modernizado, pues en la próxima entrega a ver si incluye la expresión" Chorizos bancarios".
Blesa parece un tipo arrogante, frío, sin escrúpulos, que gasta como forma de torturar a los pobres, que han de conformarse con llorar en las esquinas de la injusticia. 

La panda de Blesa y Rato maldicen a la democracia con la dictadura de los enchufados.
Este país necesita más transparencia, más solidaridad, más gente honrada y menos ladrones con corbata. 

Ana Maria Tapias Garcia.

Hojas-inmigrantes

Estas hojas ha emigrado de otros países,  en busca de la felicidad. Nadie les rescatará  del agua, se ahogarán en su miseria, llorarán sintiendo que merecían una oportunidad, clamarán que nos les peguen para abonar ese lugar. Son los inmigrantes encaramados a la valla de Melilla. Esos que no escudriñamos, para no sentirnos culpables de vivir bien, de consumir a ciegas,  mientras ellos permanecen electrizados a nuestra frontera,  para poder comprarse una televisión,  en la que olvidar  la esclavitud  de sus pupilas, aferradas al horizonte, para ser libres de mirar sin vagabundear en la distancia. 

Ana Maria Tapias García

Señores de blanco

El frio contamina mi escritura, en la sierra segoviana ha nevado, no son las primeras nieves del año. En miles de pueblos africanos observan con preocupación a los señores de blanco, no miran a los ojos, no tocan la piel, las caricias no les están permitidas. Luchan contra el ébola.

Los señores de blanco formarán parte de nuestro paisaje  de prisas y silencios. Les veremos en aeropuertos, en bases militares, en hospitales, en cafeterías, en bares. Les temeremos más que a los señores de negro, por excelencia, los cobradores del Frack.  

La distancia con ellos será requisito para sobrevivir,  pues llevan pegados a sus trajes de alta costura la muerte.

Ana María Tapias Garcia.

Cotejar

Leo que son 100 personas las vigiladas por estar en contacto con Teresa, querida Teresa. La televisión  muestra  gráficas sobre los 15 ingresados en el Carlos III, que parece por la  perspectiva que ofrecen que está alejado de Madrid, está bien situado en la ciudad.

 Siento que los periodistas manipulados por los hilos del  poder, desfiguran las arrugas del ébola, que  no está controlado, como nos aseguran, que Teresa está muy grave ,y,  puede morir, que los charcos lloran para acallar lo que sabemos, y,  no queremos denunciar" Que nos roban con tarjetas de Bankia, derrochando  nuestros ahorros en botellas  de vino, en viajes caros al otro lado de la enfermedad".

Ana Maria Tapias Garcia.

Aislamiento

Olvidamos ciertas palabras, que de repente se cuelan en nuestro vocabulario. Aislamiento, seguro que la RAE  nos ofrece una brillante definición, pero a nuestra mente llegan las imágenes de los posibles casos  de  ébola, de  Elena, querida Elena, que lucha por su vida con capsulas de tratamientos. 

 Pronunciar la palabra aislamiento requiere entrenamiento de las cuerdas vocales, para aceptar que los recortes sanitarios pueden romper nuestra voz,  en cualquier momento, que un sujeto ataviado con un traje regional del espacio, nos despojará de palabras como sociabilidad, que hemos pronunciado como parte de la rutina, que es secuestrada y cuyo rescate tal vez sea negociar con el destino. 

Ana Maria Tapias Garcia. 

Caparazón

Bajo el caparazón de la lluvia se esconde la  verdad. No es bonita, ni tiene música, es cruel e injusta. Aparece a nuestro  lado, nos desnuda y, nos helamos de frío, dejamos de soñar para sobrevivir bajo un paraguas,que nos proteja de la desigualdad, de la pobreza, de la violencia, de la necesidad de sabernos más listos que los demás. 

Bajo el caparazón de la lluvia yace la realidad

Ana María Tapias Garcia. 

Exhumar un rastro

El acueducto de mi ciudad no necesita ser exhumado, pero sí lo  necesita el rastro el ébola. Ya son 17 personas ingresadas en el Carlos III, es cierto que 16 no presentan síntomas, y, sólo Teresa, querida Teresa, está infectada. Sus pasos anteriores al ingreso,  se han seguido como si fuera una criminal cuyas huellas le incriminan. Hay vecinos que han abandonado sus casas,  por miedo a correr la suerte de Teresa. 

No sabemos mucho del contagio, sólo que mata con decisión, con dureza, sin miramientos. Hay taxistas que no quieren llevar a gente de  color en sus vehículos.

El rastro del  ébola nos lleva a intentar sobrevivir, en un mundo que no creyó necesario investigar una vacuna, porque morían los negros, y, ahora los negros somos nosotros. La vida es un pañuelo, ya lo decía mi abuela. 

Ana Maria Tapias Garcia.

Palabras, voces y otras chorradas

Ayer, escuché a gente hablar y hablar sobre gramática, sobre sintaxis, sobre ortografía, sin entender mucho. Mi único consuelo era mi botellín desarmado, ante tanta gente con participios, con gerundios y con  tildes diacríticas, que disparaban como proyectiles hacia mi cuerpo desnudo de ellos. 

Mi vacio interior era intenso. Salí con ganas de llorar en un jodio participio, pero hube de consolarme con ver a Soraya anunciar que era la jefa del ébola en España,  y,  que sólo le preocupaba Teresa, la vilipendiada contagiada. Me fui a leer al último Premio Nobel de literatura, seguro que él no me ajusticiaba, por no ser una febril preposición en busca de un infinitivo, al que enseñar a escribir bien. 

Ana Maria Tapias Garcia. 

El ruido de la lluvia

El ruido de la lluvia zozobra mi pensamiento, le acerca  a  la incertidumbre sobre el ébola.  No tengo escafandra para ser inmune. No tengo lágrimas, suficientes,  para asistir a la muerte de aquellos, que lo hacen hacinados en el Tercer mundo. Sólo tengo preguntas incoherentes, preguntas incesantes, preguntas enrojecidas, sobre otra forma cruel de dejar de soñar.

 El ruido de la lluvia   me sumerge en  la lucha de Teresa  que nunca se equivocó, sólo hizo su trabajo.  No condenemos a  su sonrisa que yace intubada.

Ana Maria Tapias Garcia.

Misterios

Hay poco misterio en una hoja caída al suelo. Son fruto del otoño, poco poético, la verdad.

 Los misterios se ciernen sobre el ébola. Elena y su contagio. Excalibur y su sacrificio. El consejero que acusa a Elena de mentir. El medico que atendió a Elena en el servicio de urgencias con un uniforme, única defensa ante el contagio, pequeño.
El misterio llega de la voz del sindicalista minero, que ocultó 1,4 milllones de euros,  mientras lloraba por la miseria de los mineros.
 El misterio del periplo de la panda de Blesa y sus tarjetas,  con miles de desahucios sobre ellas. 

Las hojas  callan  ante tantos misterios con tintes de injusticia.

Ana Maria Tapias Garcia. 

Ébola

Sé algo más sobre él, ayer me infiltré en Colegio de médicos de Segovia,  y escuché con devoción a los profesionales. Me sentí tranquila, alejando  de mí mente la novela de suspense que había escrito el día anterior,  provocada por el contagio de Elena, una auxiliar de enfermería. 

Es difícil creer que seremos infectados trabajando, que luego la sociedad desencadenará hostigamiento hacia todo lo que hicimos, que nuestro perro será sacrificado por un hombre enmascarado que teme ser contagiado. Es difícil  asumir que el Tercer mundo nos derrota. No le miramos, le escupimos si es necesario con cuchillas.  No somos victimas, somos culpables de  olvidar un sufrimiento que ahora nos mata.

Ana Maria Tapias Garcia. 

Contagio

El ébola cruel enfermedad, africana, ha llegado a Madrid, parece una plaga bíblica; parece una película que vemos aplastados al sillón, un domingo de resaca; parece el sorteo de lotería, a quien le toque el gordo su vida cambiará para llegar al paraíso de almas ecuestres.
Me decía ayer ,mi amiga, Puri"de alguna forma hay que morir" Es cierto, la contesté, pero nadie quiere huir de la fantasía de amanecer cada día, por un error humano. Nadie quiere sucumbir al vacío,  por un vampiro travieso que mordió a una vaca. Nadie quiere alejarse de las estrellas,  para encontrarse con la eternidad. Suspiramos por envejecer en una hamaca rota por los recuerdos.

Ana Maria Tapias Garcia.

Baloncesto femenino

Sonríen sin retranca, han luchado por su medalla de plata. El baloncesto femenino se alza con la gloria. Aquellas niñas, que gastaban sus ahorros en encestar han comprado una cancha con vistas a la esperanza  de millones de luchadores, que malviven con unas zapatillas,  cuyos cordones se deshilachan una y otra vez. Aquellos, aquellas, que sueñen con apagar sus derrotas con el esfuerzo, ayer fueron felices  gracias a ellas , quienes han acuñado la palabra victoria.
Sonríen sabiendo que su eco nunca  dormirá.

Ana Maria Tapias Garcia. 

Cortos

Ayer estuve en la Granja viendo "Cortos", cualquier excusa es buena para ir, me encanta dejarme llevar por la melancolía de sus jardines,  que ponen hojas en blanco y negro a mis pesadillas en color. Los cortos carecen de estrés de imágenes, impactan al ojo, que mira ávido de acercarse a otra realidad,  que le aleje por unos minutos de la suya. 

Me gustaría que la vida se pareciera algo más a los cortos, se desnudase sin miedo y se dejara acariciar sin preguntar si el final había merecido la pena.

Ana Maria Tapias Garcia. 

A veces

Me es duro abrir las páginas de los periódicos, y, encontrarles magníficamente retocados. Pelo limpio, pestañas largas, taconazos, maquillados a la perfección. Sonríen como si fueran ajenos a la realidad, que a mí me desequilibra. Si llevo tacones me caigo al ver guerras, muertos, epidemias, cifras del paro. Mi maquillaje se difumina con la violencia género. Mi pelo se ensucia cuando se pega a él, la sombra de los supuestos robos de los políticos, y,  sus amigos los banqueros.

A veces sonrío, sobre todo cuando el viento azota mi rostro, y, sueño que el mundo es maravilloso, y, me dan ganas de atraparle y susurrarle" Sé feliz"

Ana Maria Tapias Garcia. 

Blesa

¡ Al ladrón, al ladrón!, gritaban los antiguos. Ahora los ladrones son altos consejeros que derrochan los ahorros de  los curritos somnolientos en fiestorras. ¡ Algunos nostálgicos pensarán  que con Franco no pasaba esto!. Si, pasaba si. Miguel Blesa y su cuadrilla gastaron 15, 2 millones de euros en 10 años, mientras creaban las Preferentes para arruinar a los ahorradores, que han pasado toda su vida trabajando de sol a sol,  para que ser robados con las manos en alto, por vulgares hombres de negocios con amigos en el gobierno, que nunca les encerraran entre rejas, pues ellos culpables por permitirlo. 

Miguel Blesa y su cuadrilla,  deberían devolver el dinero con intereses y hacer trabajos forzados para la  comunidad para regenerar su conciencia. 

Ana Maria Tapias Garcia.