A veces la vida, se asemeja a un botellín arrojado en medio de la calle, sin sentido aparente pero repleto de tragedias en su interior, como el " Pequeño Nicolás", protagonista de las noticias más amables de estos días. Sus destrezas como embaucador le han llevado hasta llevar escolta policial.
He de reconocer que me cae bien, y, yo sería incapaz de fingir ser lo que no soy, aunque tal vez de eso se trate la supervivencia, de beber en otros para sentirnos nosotros mismos, de leer revistas de moda para vestiros como los famosos, por quienes secretamente nos hacemos pasar.A veces la vida, requiere de sueños imposibles para alcanzar la realidad.
Ana Maria Tapias Garcia.
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