Me habia pasado casi una hora situada en el mismo sitio, esperando ver la llegada de " Pasos" que iban a entrar en la Catedral, ya tenía frio y me dolían los pies. A lo lejos oía los tambores, la muerte se acercaba a mis latidos, el sufrimiento dominaba mi esperanza, pasados tantos años de la crucifixión de un hombre inocente, se sigue matando sin piedad, se idolatran rituales de destrución, se masacran enlaces al futuro.
Ella, se paró enfrente mía, la hice fotos, me miraba. Llevaba un rosario entrelazado a sus dedos. Cambiamos de lugar: ella rezaba a través de mi cámara, y yo recupeaba mi fe cargando con su cruz.
Ana. M. Tapias. G
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