Quiero decirle a Aylan que despierte, que camine, que busque conchas en el mar. Aylan ha sido sacrificado por una guerra que no entendia, que no quería, que no soñaba con ganar. Aylan ha sido derrotado, acribillado por proyectiles de agua. El mundo llora impotente ante su cuerpo, la ternura ha muerto, la vida sigue por el sendero del odio.
Ana Tapias
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