sábado, 5 de septiembre de 2015

Mari Paz

La gustaban los gatos, tenía cuatro  a los que cuidaba  como si fueran hijos. En su tiempo librssubía al pequeño teatro de la Iglesia de San Nicolás,(en Segovia),su voz nos acercaba a princesaencantadas, a sapos voladores,  a reyes malvados con lágrimade cristal qunos partíael corazón en mil pedazos.
Mari Paz caminaba despacio, amando el suelo, susurrando silencios al ocaso, buscando refugio a su tristeza. Un infarto la dejado sin vida a los 47 años. Mi corazón llora. La muerte fulminante venda las palabras quno dijimos, que se pierdeeel olvido donde habita Mari Paz.

Techarde menos amiga.

Ana Tapias

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