martes, 1 de septiembre de 2015

Caminando por Madrid

Caminaba por la calle Goya cerca del Corte Inglés, ´mucha gente se colaba en mi mirada,  cuando una mujer de mediana edad, se me acercó, la intenté esquivar, quería poner una pegatina en mi camiseta blanca, mis pies no tenían espacio para hacer  más requiebros." Dame algo, me dijo"" No, contesté".  Puso su mano sobre mi cuerpo, me dio la impresión de que había logrado su objetivo de pegarme algo. Me  volví, la  oí como me llamaba" Guarra", me giré y la dije" Gracias por el insulto". Me miró atónita, desconcertada, impasible. Estaba acostumbrada a insultar, la vida la había tratado  mal, y por eso se vengaba con la mayoria.
Seguí caminando con tristeza, nunca me habían insultado en Madrid. Cerca de la Cibeles, un hombre disfrazado de payaso hacia malabares, cuando los coches estaban parados, buscaba llevarse unas monedas, nadie le daba nada, estaban pendientes del semáforo.  Parecía feliz, contento, dispuesto a cambiar su destino. Recobré la esperanza en el ser humano. La vida es un dado con muchas caras a las que aferrarse para creer en la bondad del futuro.
Ana Tapias.

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