La guerra sigue en Alepo, los bombardeos no cesarán hasta que los 250.000 mil civiles, que sobreviven en la ciudad sin destino, sean asesinados. Hay dos bandos igual de crueles; que olvidan a los muertos, sobre los que celebrarán su victoria; en una gran mesa, llena de medallas; de políticos, sonrientes, que apoyarán sus cuerpos sobre un mapa, del que solo quedará ruinas, bajo las que llorar. A mí, si me importan los cadáveres sin nombre, que nadie podrá resucitar.
Ana Tapias
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