En Mosul se libra una de esas batallas, que algún día se tendrán como épicas. Las tropas iraquíes se enfrentan a los terroristas, que han creado escudos humanos con la población civil; que morirá sin duda; pues nadie dejará de disparar por un puñado de vidas sin bautizar. Los muertos se esconderán bajo las ruinas de la indiferencia; algunos escribirán sobre sus tumbas; otros bailarán al ritmo de la duda sobre si estuvo bien o mal; y tal vez, alguien llore su ausencia. La guerra truncará el deseo de aquellos que no la pusieron en práctica, que no opinaron sobre su conveniencia, que se sometieron a su idas y venidas. En Mosul la guerra es un acto necesario sin el cual ya nadie es capaz de mirar el horizonte.
Ana Tapias
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