Llevaba semanas sin dibujarse las gotas en paraguas, aceras, cornisas, casas, parques, bancos, iglesias, soportales, adoquines, hojas; sin crearse charcos incomodos ante los que correr; sin echar de menos al abrasante sol. Según caía, hoy, parecía que era el diluvio universal; seguro que Gabriel García Márquez, hubiera añadido esta lluvia a " Cien años de soledad", para que no se perdiera dentro de la densa nube de la contaminación. Salí a caminar con un paraguas prestado, el mío se rompió hace meses; las preguntas mojaban mi pensamiento¿ La lluvia tiene sentimientos?¿La importa empapar a los que no tienen techo?¿ Arrastraría a los fósiles hacia el olvido? No sé que contestaría, pero creo, que las nubes desnudan nuestra nostalgia, de cuando la lluvia sólo eran unos pies mojados.
Ana Tapias
No hay comentarios:
Publicar un comentario