Me había quedado en el paro, lo haré en breve; caminaba por calles de mi ciudad. Mi madre aparecía a mi lado, joven, guapa, con ganas de andar. Preguntaba a los que se cruzaban con ella¿ Dónde había un trabajo para su hija?
Estaba sola, iba a cruzar la calle, un camión se acercaba, mis pies no se movían. Iba a morir, me daba igual. ¿Quieres que te pille?, me dijo el conductor. "No", respondí asustada.
Seguí caminando, oía gritos, subí, bajé, unas escaleras diminutas; vi a una peña del Atlético de Madrid, gritaban.
Había mujeres, hombres, niños; esperando en aquella sala; parecía la de un médico. Necesitaba ayuda para superar mi depresión. Hui de aquella gente con problemas; no encontraba la salida, todo era un laberinto de puertas, que no podía abrir. Vi una chica, llevaba un uniforme que me recordaba al de las "Jesutinas". " Yo, estudié en las" Concepcionistas", dije. " Mi madre, no me deja hablar con nadie", me respondió. " Yo sólo quiero salir de aquí", la repliqué. Su madre llegó, la conocía del colegio. Me indicó la puerta que se abría, era un campo amarillo. Era libre, desperté.
Ana tapias
Estaba sola, iba a cruzar la calle, un camión se acercaba, mis pies no se movían. Iba a morir, me daba igual. ¿Quieres que te pille?, me dijo el conductor. "No", respondí asustada.
Seguí caminando, oía gritos, subí, bajé, unas escaleras diminutas; vi a una peña del Atlético de Madrid, gritaban.
Había mujeres, hombres, niños; esperando en aquella sala; parecía la de un médico. Necesitaba ayuda para superar mi depresión. Hui de aquella gente con problemas; no encontraba la salida, todo era un laberinto de puertas, que no podía abrir. Vi una chica, llevaba un uniforme que me recordaba al de las "Jesutinas". " Yo, estudié en las" Concepcionistas", dije. " Mi madre, no me deja hablar con nadie", me respondió. " Yo sólo quiero salir de aquí", la repliqué. Su madre llegó, la conocía del colegio. Me indicó la puerta que se abría, era un campo amarillo. Era libre, desperté.
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