Es increíble la cantidad de casas que se venden últimamente, siempre que paso al lado de una de ellas siento que tal vez hubiera podido incrustarme en esas vidas perdidas, que abandonan sus sueños, para estrellarse contra la nada, que se proyecta en la sombra como un anuncio de lo que se fue. Puestos a imaginar, creo que a estos balcones se asomaba un zapatero cansado, hastiado, desesperado, de remendar suelas." Ya te gastas bastante la vista en los zapatos, cierra los ojos, descansa", le diría, su mujer, agarrándole el brazo con ternura, llevándole hacía ella, consolándole por no haber sido maestro, que era su vocación; su padre le dejó la zapatería, no pudo renunciar a ella. Puestos a imaginar.
Ana Tapias
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