Hay un tipo de persona, que me encuentro a menudo es al autista. Lo defino así, sin animo de ofender a los autistas. Son seres, que parecen sacados del santoral; tal vez, tengan una cara desafortunada, o una mirada tímida, o una sonrisa que no hace encuestas. Lo que nos acerca, a ellos o a ellas, soñando que serán los amigos, las amigas, con quienes compartir nuestros desvelos más inquietantes; pero, en un momento de descuido, lanzan su veneno, envuelto en azúcar, que contamina la sangre lentamente, palabra a palabra, hecho a hecho, que los entrega al olvido de nuestras emociones.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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