Ser o no ser gato, es una cuestión difícil de razonar. El gato, nace sin conciencia de ser,
sólo cuenta con las uñas, para defenderse; con las cuatro patas para correr; con su instinto para cazar.
La vida es dura, para cada ser que esboza una sonrisa, que canta al amanecer la victoria sobre la muerte, que se esfuerza por superarse a si mismo, frente a la derrota impuesta por las circunstancias. Ser o no ser requiere velocidad para camuflarse en el seno de una sociedad, que no admite al que es diferente.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(
No hay comentarios:
Publicar un comentario